jueves, 8 de mayo de 2014

YO VOY EN TRENEEEEEEEEEEEEEEEES

Resulta que en el día de ayer, este humilde servidor tenía que ir hasta Palomar (buenos días Palomar, unos vienen y otros son). Entonces llegué del trabajo a mi casa, me bañé, salí. Llegué a la parada y llegó enseguida el 440. Llego a San Miguel, caminé las dos cuadras hasta el nuevo anden provisorio elevado, esperé medio minuto y llegó ese tren, hermoso, nuevo, casi limpio (Porque como diría Erasmo de Rotterdam "... por más que la mona se vista de púrpura..."), y hasta ese momento, ese maldito momento, pensé: "qué suerte la mía, enanché todo justo. Enseguida llego" y seguí metido en mi mundo escuchando LUZBELITO y con poca batería en el teléfono. Arranca el tren y, según mis cálculos (no los renales) fue parando en las estaciones que indicaba el "mapita", a saber: Bella Vista, William "CHUCK" Morris, Hurlingham (Paisano de _ ), y entonces, la siguiente, Palomar. Me paro, me acerco a la puerta, y entonces... PALOMAR, se abrirían las puertas de ese semi-limpio tren. Como las estaciones están más alejadas de sus estaciones originales veo que la FORMACIÓN agarra por las vías del medio y no para. Pensé: "debe estar más adelante el andén". No paró, ni en Palomar, ni en Caseros, ni en ningún lado. Un tanto preocupado, empiezo a buscar a los chanchos, en cuanto los encuentro les digo: -"buenas noches, el tren ¿cuándo para?"- y mirándome a los ojos me responde: -"no, hasta C-H-A-C-A-R-I-T-A no para"-. Me quería matar. Mi cabeza repetía C-H-A-C-A-R-I-T-A, C-H-A-C-A-R-I-T-A, C-H-A-C-A-R-I-T-A. Bué! después de todo C-H-A-C-A-R-I-T-A no debe ser taaaaaaaaaaaaaan lejos. Bajé di tooooooooooda la vuelta y me puse a esperar el otro tren que venía de vuelta. Por lo que ví no fui el único que no sabía que no paraba. Después de casi una hora llegué, tarde (obvio) y como era de esperar, SE ME CAGARON DE RISA.

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