La condena a los imputados por el incendio y posterior tragedia que ocurrió en la noche del treinta de diciembre de dos mil cuatro, en la ciudad de Buenos Aires, en el barrio porteño de Once y que fue conocido como "Cromañón" ha causado revuelo tanto en la primera como en la segunda instancia. También ha causado gran impacto mediático la muerte de Miguel Ramírez quien ha sido alcanzado por una bengala en un recital de La Renga, que le causó una herida que le provocó la muerte. Y asimismo, la estupidez que ocurrió en la tribuna de Vélez con los, comúnmente llamados, tres tiros. Volviendo al tema de Cromañón y Callejeros, se puede estar a favor o en contra de los fallos pero no se puede negar algo... La justicia falló, existe la sentencia, existe la justicia...
Ahora bien, lo que es harto conocido por quienes alguna vez fuimos a ver recitales (no voy a hablar de los partidos de fútbol por que nos soy de ir a la cancha), tanto en lugares abiertos como en lugares cerrados, es que la pirotecnia era parte de un ritual imbécil e inconsciente del cual todos éramos cómplices. Tanto los que estaban arriba como los que estaban abajo, o en los ingresos, o quienes la prendían o los que nos hacíamos a un lado por el peligro del fuego.
Ya lo dijo alguna vez Sebastián "el enano" Teysera, uno de los cantantes de La Vela Puerca, en la revista "Hecho en Buenos Aires, año 4 Nro 57, Mayo de 2005 pág 16-17" ante la pregunta ¿cómo los afectó a ustedes el incidente Cromañón? "Creo que todas las bandas, la gente, los productores... todos, durante mucho tiempo fuimos bastante inconscientes y todos tenemos algo que ver con este asunto (...) ya nos había sorprendido la cantidad de pirotecnia en los dos Obras. En Uruguay no se daba mucho esto de las bengalas. Acá nos parecía que quedaba divino para el espectáculo, pero, la verdad, en el escenario no se podía respirar por el humo... y la gente no veía una mierda. Creo que lo de Cromañón le podría haber pasado a cualquier banda. Era bastante normal que la gente tirara tres tiros y prendiera bengalas. Y, sin ninguna duda, para el espectáculo quedaba de puta madre.".
Tal era esa inconsciencia que llegó a ser tapa de un disco de unas de las bandas más importantes e influyentes y, probablemente, con más seguidores de la Argentina: Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en el álbum "En Directo". Ahí se ve claramente, tanto en la tapa como en la contratapa (de la edición hecha por PR discos) el uso de una bengala en medio de la gente.
Obviamente, hay quienes pretenden, ponerse en la vereda de enfrente y decir que jamás estuvieron a favor del uso de la pirotecnia. Sabida, también, es la postura que hoy tiene el ex cantante de Bersuit Vergarabat, Gustavo Cordera al decir que: A lo largo de la carrera de Bersuit, Cordera criticó la "futbolización" del rock y le reclamó a los seguidores de la banda el "no uso de bengalas y banderas". "El fútbol ayudó mucho a que el rock se haga bruto, se ponga fascista, por eso siempre detesté las banderas y las bengalas", señaló Cordera a Télam, continuando una crítica que en los días post-Cromañón lo llevó a cuestionar a Callejeros por su actitud frente al uso de pirotecnia. (*)
Al parecer, ciertos videos de esta banda no reflejan lo que dice hoy; a la distancia, con los años encima, con la madurez propia de los años, con el dinero bien ganado; el señor Cordera.
Por otra parte, esta inconciencia colectiva a la que todos sabíamos hacer oídos sordos, o mejor dicho, mirar para otro lado o directamente quedarnos en la inacción total, viendo como la idiotez y la corrupción nos pasaba por las narices, nos hacía dar un paso al costado sin hacer absolutamente nada. Esa misma idiotez, costumbre y/o corrupción en la que estamos constantemente inmersos ante la ausencia del Estado, es la misma que hace que un tren, un subte o un colectivo arranque con los pasajeros colgados en los estribos, o viajando parados y amontonados, en donde las salidas son aberturas que se abren únicamente hacia adentro y sin dejar de mencionar las que son de apertura electrónica. Todos miramos hacia otro lado. ¿Alguien se puede imaginar viajar en un colectivo, tren o subte sin pasajeros parados? ¿Sin sentir que, en el amontonamiento, estoy peor que en un recital? Por que al menos, y de última, al recital voy por que me gusta.Quiero creer hoy existen otras medidas de seguridad en los recitales. Sé, por haber estado ahí, que divididos ha parado recitales por una bengala prendida. En algunos casos es otra la conciencia, es otra la mentalidad...Lo que es lamentable es que para que se tomen estas medidas tuvieron que morir casi dos centenares de personas. ¿Qué tendría que suceder para que se tomen las medidas correspondientes en el transporte público? A veces una imagen vale más que mil millones de palabras y un botón sirve para muestra. ¿Es culpa de un chofer o maquinista, de arrancar su marcha cuando no están las medidas de seguridad correspondiente, sabiendo que hay personas que están viajando paradas y/o amontonadas o es la ausencia del Estado, ya sea como educador y controlador de estas situaciones?Lo terrible de todo esto es que el morbo hace que la noticia se la tome como tal por la cantidad de fallecidos o la forma en la que murieron. ¿Cuántos más tienen que morir?
Parafraseando a Hermética, en su canción Realidades Hospitalarias del disco Víctimas del Vaciamiento (a mi gusto, ¡discazo!) La desconfianza maquina en mi reflexión, total el pobre no es noticia vivo, enfermo o muerto.
(*) http:/ / www. rocksalta. com/ noticias/ musica/ 188-cordera-le-pega-al-rock
Publicado el 11-5-2011 en nairus.fullblog.com.ar